Mujeres que buscan
El vaso está casi lleno
pero ese "casi" las atormenta.
Abren su corazón, lo
cierran,
Lo amurallan y lo
asoman una vez más.
Procuran, se dan, se
brindan a cambio de nada.
Más la nada, la
incertidumbre alimenta.
Un nunca acabar, un
siempre intentar.
Ir detrás de algo que
parece nunca llegar.
No sabemos bien de qué,
Ya que es más bien una
idea de lo que debería ser.
Algo como lo que tiene
la vecina pero más lindo,
Parecido a lo que vivió
una amiga pero más intenso,
Similar a lo visto en
una película pero real,
Fantástico e
inquebrantable como enseñó la mamá.
Así pasan las horas,
día tras día,
Toda una vida en estado
de alerta.
Dios no quiera que se
lo pierdan por distraídas.
No vaya a ser que justo
alguien más aprovechó la oportunidad.
Y sin querer alimentan
un cuasi dolor,
Una seudo angustia, un
no sé que tal
Que no se ve pero se
siente, y pesa
Como si las bolsas del
supermercado estuvieran apiladas
Una encima de la otra
sobre el pecho, a la altura del corazón,
Exactamente por donde
respira el alma.
Ellas no entienden como
si las criaron princesas hoy son guerreras.
Ellas olvidaron la
fragilidad.
Por eso se sienten
confundidas ante la perennidad de la rosa,
Entre la suavidad de la
seda, deleitando un chocolate.
Experimentan destellos
de recuerdos que parecieran de otra vida.
A veces una voz amiga
las reconforta, pero el vaso no sube su nivel.
Dicen que el busca
encuentra
O al menos le queda la
sensación de haberlo intentado.
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