Eterna despedida

Ojalá una sola mirada lo explicara todo y no necesitara las palabras
Porque a veces escurridizas se escapan las oportunas y aparecen las reiteradas
Dejando la incertidumbre ante la mera posibilidad de que no lo hayas entendido...

Si pudieras sentir como siento, tal vez se acabaría el misterio.

Ni siquiera podemos ser amigos para escuchar tu voz del otro lado.
Me ahogo en mi propio fuego alimentado con saber que existes.
No descifro este enigma y me desespero ante el intento
que es en vano ya, nada cambia, tú allá lejos, yo que espero.

Quiero tenerte conmigo, ya no lo puedo ocultar.
Este amor que traigo en el pecho crece sin claudicar.
Yo quisiera renunciar, agotada de extrañarte.
Te imagino, te deseo, cuanto añoro la eternidad…

Ya no creo en los milagros, este amor es mi condena.
Que me hiciste, no confiesas, para que te adore tanto.
Ni te acuerdas de esta dama, como no imaginas mis letras
que sólo inspiradas en ti no sosiegan mi inútil tregua.

Fue por ti que entendí, lo que las mujeres callan,
pues ojos que no ven, el corazón siempre siente.
Te digo adios por el momento, te conozco y me conoces,
entre nosotros no hay despedidas, sólo idas y venidas.




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