Bettina Dávalos

No te pedí la luna, me bastó tu sonrisa. No te pedí un castillo, para mi eres el rey. No hacen falta palabras cuando sobran los besos. Será que tu mirada es lo que más siento, Serán tus manos de lo que me sostengo y Será tu aliento la más pura sabia  Que alimenta el latido mi corazón. No importa el tiempo ni lo que dicen Ni lo que otros creen que no puede ser. Descubrí a tu lado que amar no es un juego, Que marca vidas y te puede transportar A donde más lo deseas si lo quieres en verdad. El sentimiento es tan frágil como valioso. De príncipes y princesas,  Somos lo que siempre quisimos ser. Porque en este amor no caben miedos. En nuestro sentimiento solo hay perseverar. Es que no faltan tropiezos y dudas Y por ellos nos volvemos más fuertes Caminando hacia la eternidad. Juntos, somos lo indestructible y lo seguro. Que importa si otros no pudieron, Nadie dirá más presenciará lo que es un si, Al amor, al futuro, la familia  Y el por siempre amor. Fotografí

Otra vez sentada junto a la fragilidad, con la incertidumbre de seguir o claudicar, con la innecesaria incógnita sobre dejar partir lo que no aporta más. He pasado la historia inventando estrategias, haciendo miles de planes, generando proyectos, y no recuerdo ni a uno sólo que haya cumplido con puntualidad. Me dejé amedrentar, empecé a callar. Me rendí ante él una y otra vez. Confundí cariño con dominación, me volví débil por elección. Comencé a olvidar mi vocación, alejándome de lo que siempre añoré. Arrastré el error en cada relación más me envolvió la autocompasión. Siempre quise ser grande y ahora me siento muy pequeña. Elijo y no actúo, y luego me quejo lamentando el desacierto de no creer en mi. Reconozco en la ilusión mi velo de ingenuidad que peco por cobarde en la vulnerabilidad, que de tanto querer templar mi carácter lo volví de delgado cristal. Ya es tiempo de sostener las negativas y aprender a fortalecer mis convicciones, dejar de reciclar

Anoche estuve frente a frente con mis errores. Y de cara a lo que es, decidí lo cambiaría. Entendí que no es fácil, que son muchas cosas, pues estuvieron conmigo toda una vida. Cuidar del otro descuidándose no nos llevaría al mismo lugar. Callar para no herir o encajar no hace más que elevar un muro de cristal. Si la palabra no es dicha ya cambió de rumbo. Que debo preguntar por lo que parece obvio. El lamento nada construye, más la resignación paraliza. El miedo resultó ser el peor consejero. Y la angustia es de la misma escuela. La introspección necesitada está de acciones. Más si estamos juntos estamos el uno para el otro. Siempre. Aunque habrá días buenos y días peores. Pero cuanto más me alejo menos nos siento. Tú no puedes adivinar lo que dicen mis ojos. En ocasiones no usamos los mismos anteojos. Aunque lo intentes, todo lo que haces no tiene porque agradarme. Aunque lo intente, bien sé que puedo fallar. Soñar no cuesta nada pero lo mejor está en hacerlo