Adicción

No supe que era capricho hasta que te conocí.
Jamás tuve miedo hasta que te sentí.
Quizás obsesión, quizás delirio,
Que nombre ponerle a este fastidio.

Porque buscarte no quiero, odiarte no puedo,
Tenerte imposible… mi amor que misterio.
Pensé la distancia me haría mejor pero,
Que aquí no estés, no fue solución.

Imagino escenarios, invento excusas,
Me borro del mapa, retengo la angustia.
El orgullo he perdido, gané la derrota.
Ansias me sobran ante una pasión que detona.

Mi niño grande de espíritu inquieto,
Tal vez te lamentas de que nada has hecho.
Y yo aguardo mientras las paredes se ensanchan
Y el corazón entra en pena, pequeñito en su cama.

Devoré bibliotecas, incorporé vitaminas,
Probé ayurveda, reiki, yoga y mancias.
También física cuántica, y saqué turno para terapia
Porque con las amigas ya no alcanza.

Ni que decir cuando me duermo,
Si hasta te encuentro en los cuentos,
Estás en el cine, suenas en la radio,
Así que ayer te buscaba en el diario.

Allá en tu reinado, habrá mil melodías,
Aquí en mi abadía ni luces, ni notas.









Fotografía: Nastia Vesna





Comentarios

Entradas populares de este blog

Disimuladamente

La historia del Bar

Chica de ciudad