Extrañándome
Una siesta como cualquier otra,
una melodía tranquila,
un aroma a lavanda
y una foto familiar.
Entre libros y revistas retrocedí
hasta recordarme 20 años atrás.
Iba en el auto con mi familia;
estaban papá y mamá,
mis hermanos y mi antiguo yo…
tan diferente,
tan puro e inocente,
tan lleno de ilusiones,
de anhelos y libre para desear,
sentir, imaginar y ser feliz.
Volví al presente
y no pude evitar preguntar
si es posible preservar
a una flor del tiempo,
del clima,
del exceso
o falta de alimento;
más sé que no se puede evitar
su evolución
y su final.
La niñez pasó con celeridad
y es inevitable echar de menos
aquella sonrisa espontánea,
la imaginación veloz
y el disfrutar sin prisas…
crear, soñar,
gozar del día
y descansar en las noches
para empezar de nuevo;
el mañana nos esperaba.
No tenía miedos
más allá del dentista.
No tenía mayores problemas
que el postre a elegir.
Luego, un día decidí crecer
y me adelanté
incluso al tiempo,
dejé a mi niña dormida y,
en melancolía reconozco que,
corrí con prisas hasta aquí.
Fotografía: Nastia Vesna
una melodía tranquila,
un aroma a lavanda
y una foto familiar.
Entre libros y revistas retrocedí
hasta recordarme 20 años atrás.
Iba en el auto con mi familia;
estaban papá y mamá,
mis hermanos y mi antiguo yo…
tan diferente,
tan puro e inocente,
tan lleno de ilusiones,
de anhelos y libre para desear,
sentir, imaginar y ser feliz.
Volví al presente
y no pude evitar preguntar
si es posible preservar
a una flor del tiempo,
del clima,
del exceso
o falta de alimento;
más sé que no se puede evitar
su evolución
y su final.
La niñez pasó con celeridad
y es inevitable echar de menos
aquella sonrisa espontánea,
la imaginación veloz
y el disfrutar sin prisas…
crear, soñar,
gozar del día
y descansar en las noches
para empezar de nuevo;
el mañana nos esperaba.
No tenía miedos
más allá del dentista.
No tenía mayores problemas
que el postre a elegir.
Luego, un día decidí crecer
y me adelanté
incluso al tiempo,
dejé a mi niña dormida y,
en melancolía reconozco que,
corrí con prisas hasta aquí.
Fotografía: Nastia Vesna
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