Tardío

Tanto tiempo te he esperado y no se si hoy puedo amarte.
Confundo mis esfuerzos con tus pequeños intentos.
Lo bueno se torna fatal, lo simple se vuelve complejidad.
Olvido que mi vara no es siempre la última verdad.
Es que tú, pequeño, sigues siendo variable.
Y yo de roble sigo los pasos del viejo manual.
No encuentro caricias entre las sábanas.
Y no queda perfume en el edredón.
Me quedo en silencio, estoy no disponible.
Escucho tus pasos y la respiración.
Expectante estás. No se que decirte.
Atino tan sólo a apartarme un poco más.
En esta distancia, irreconciliable, intentaré abrir un camino.
Sabiendo que puedo perderte, que puedo herirme aún más.
No veo otra alternativa que tentarte a la libertad.
Porque si vuelves será realidad.
Buscaré en la plenitud del vacío algo renovado.
Hasta llegar a confiar en que merecemos lo mejor.
El esplendor entrará en nuestras vidas,
Y habremos sanado a la necesaria ilusión.
Los momentos serán de felicidad, o no serán.
Habrá prosperidad, volveremos a brillar.
No voy a evadirnos, ya no más.
No deseo resignarme a un amor a la mitad.


















Fotografía: Vicente Romero

Comentarios

Entradas populares de este blog

Chica de ciudad

Latido de mujer