Sensaciones


Solía estar enamorada, solía disfrutar de esa sensación.
Solía soñar despierta y dormida, solía adorar esa ilusión.
Por momentos, hecho de menos las cosquillas, la incertidumbre, las ansias.
Más luego, disfruto la serenidad, la quietud, mis espacios.
La magia no se pierde, a veces sólo se esconde.
A veces tengo ganas de estar sola, a veces sólo puedo estar sola.
A veces muero en soledad. A veces quiero otra vez más.
Supongo que me extraño enamorada, creyéndolo todo, absolutamente todo posible.
Disfrutando de un minúsculo chocolate obsequiado como si constara del más exquisito cacao.
Oliendo una flor casi marchita a cual pimpollo que acaba de brotar.
Sonriéndole ampliamente a la nube más gris.
Con la piel de gallina con sólo pensar su nombre.
Bailando camino al supermercado, cantando camino al trabajo.
Riendo en la fila del banco, caminando hacia mi felicidad.
Recuerdo temblar cuando escuchaba su voz.
Presumo que es lo que sucede cuando es amor verdadero.
Eso que no sé que es pero que sé falta, aunque me sienta espléndida.
De vez en cuando, tengo una partida con el miedo, la resignación y la melancolía. Últimamente les gano yo.
Acostumbrada a luchar, la paz es agridulce.
Creo que también me cuesta disfrutar de mí.
Me reencuentro con mi espejo y sonrío sólo para mí.
Albergo memorias que nunca se irán.
Por hoy, soy luz y armonía. El mañana llegará... 




Fotografía: Bettina Dávalos

Comentarios

Entradas populares de este blog

Disimuladamente

La historia del Bar

Chica de ciudad