Cuestión de género


Caballeros disculpen,
Pero hombres en este estado nunca he conocido.
Mientras que a mujeres,
Lamento reconocernos por montones.
Nos encantan los chicos malos.
No termino de entender por qué.
A primera vista, hay algo de instinto:
Quererlo cuidar, enderezar, educar,
Enamorar, entender, aguantar, justificar.
¡Una estupidez!
Como si nuestras lágrimas
Pudieran cambiar la esencia de una persona.
Imagínate en la cocina, frente a la hornalla,
Llorando para que se cocine un guiso;
Obvio ¡Nunca va a suceder!
Bueno, es lo mismo.
Sin embargo, pasamos días
Y noches enteras pensando
En que hicimos mal con este ser
(si al fin y al cabo le damos con todos los gustos),
Por qué será que no cambia
(Aun cuando nos atrae así),
Que es lo que nos falta para que él sea feliz
(porque nosotras de sólo verlo y respirar nos basta).
Y la respuesta viene de los amigos,
Puede que de alguna madre
O de un psicólogo que se juega:
El flaco es como es
Y así le sienta bien.
Lleva una vida siendo de esta manera
Y te puedo asegurar
Que conquistas no le faltan.
Mientras tanto una,
Se empieza a sentir como una piltrafa,
Deja escapar la autoestima
Y hasta nos vemos más celulitis.
Por si no fui clara, reitero:
El único problema aquí
Es haberle dirigido la palabra alguna vez,
Prestado nuestra atención
Y, en el peor de los casos,
Haberle abierto el corazón.
Yo les pondría una etiqueta:
"Se mira y no se toca".
Pero ya me estoy imaginando
Fingiendo un tropezón
Para aterrizar en sus brazos.
Mejor voy cerrando,
Me despido de mis amigas 
Y lo dejo a su criterio,
Ya que el mío es puro cuento.




















Pintura: Leandro Lamas

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