La persona


Llegó a casa con ganas de autocompadecerse.
Además ella, se había marchado pero, iba a regresar.
Temía no poder sobrellevar esas dos semanas
Más se daba cuenta de su gran ansiedad.
Tratando de reconfortarse con un cappuccino,
Sonó el teléfono y acudió -sin ganas- a responder.
Una voz calmada pero alegre al otro lado le comentaba
Lo difícil que se había puesto su agenda.
Su rostro estresado se relajó en ese momento
Y la tibieza de la infusión pasó a segundo plano.
La serenidad de esa voz resultó una caricia.
El tiempo de espera parecía de pronto haber disminuido
Aunque solo unas cuantas palabras les hayan acercado.
Después de colgar, una sonrisa cómplice le brotó,
Mientras que los pies volvían a tocar tierra firme.
Eran amigas hace más de tres años
Y las posiciones se invertían, como la marea ante la Luna.
Para sacar fortaleza y alentar las concreciones,
Era aquella persona con la cual contaba para calmar sus días
Y, con cierta conciencia, por algún tiempo, supo usar de bastón
En momentos donde el corazón se sintió débil
O, sin razón aparente, tambaleó la ilusión.
Su lema era “el amor real, posible y accesible, existe”
Partiendo para ello desde su amistad.
Se decían a dúo “me encantaría que vuelvas a creer”
Porque la fe compartida toma valor, fuerza y sentido.
Conocían lo que significa la ansiedad
Y las largas esperas sin sentido.
Aprendieron a vivir entre metáforas y poesía
Mientras transitan el camino realizando pequeños pasos al compás.


Pic of the Day IMOGEN CUNNINGHAM. Three Dancers, Mills College, 1929

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