Olor a lluvia

Tomó mi mano y dijo:
-Va a llover.
Sonreí incrédula,
Miré al cielo y comenté:
-La noche está estrellada.
Me devolvió la sonrisa
Y pacientemente respondió:
-¿Hueles? ese aroma es mi preferido,
Desde muy pequeño lo percibo,
Y sé que va a venir...
En algún cercano lugar
La tierra está húmeda, 
El viento nos adelanta su aroma,
Se siente el olor a lluvia.
Será mejor que nos apuremos
Ella nos alcanzará en el camino
Y en la motocicleta 
Seremos presa fácil.
Hasta sería peligroso.
-Vamos, estoy lista. Le dije
Mientras intentaba oler,
Me agarraré fuerte de él.
A quince cuadras de destino,
Parecíamos patos bien mojados
Hasta las medias.
Reíamos y no dudamos en disfrutar.
Estábamos enamorados.
Yo llevaba un pantalón rojo
Y una blusa azul nueva
-Regalo de mi hermana-
Por mi reciente aniversario.
Él llevaba pantalón color caqui
Y su remera blanca preferida.
Temía desteñir más que caer.
La temperatura había descendido
Y velozmente mi cuerpo se enfrió.
Lo abracé más fuerte
Para disimular mi temblar.
La calle estaba tranquila 
Y fácilmente pudimos transitar.
Sorteamos el barro y los baches.
Logramos estacionar 
Y subimos corriendo las escaleras.
Al llegar fue inevitable empapar el hall,
Simular un charco
Y dejar un caminito hasta la ducha.
Un montón de ropa empapada en el piso
Y, en la cima, ropa interior teñida de azul.
El vapor de agua nos templó
Y las gotas de la ducha,
Deslizándose en los cuerpos,
Nos dieron el calor.
Un aire fresco erizó mi piel
Y antes de cerrar bien la ventana lo supe.
El aroma era intenso y particular.
Los pastos habían bebido 
Y a la tierra se pudo empapar.
Me vestí y descansé,
Acostada en la cama
Con quien supe querer.
Tengo el recuerdo de aquella ocasión
Que revive en cada gota de lluvia
Como la primera vez.






Fotografía: Bettina Dávalos

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