Trayecto de verano


Esperaba el colectivo cuando el viento levantó su falda rosada, por suerte el chico dentro del auto mal estacionado estaba perdido en la pantalla de su celular y se perdió el momento. Cuando subió al coche aún la temperatura rozaba 40º.

El perfume de un caballero la sorprendió gratamente, coincidía con su aspecto alineado, distinto al de la mayoría que salían de trabajar precedidos por unas caras largas y conscientes del largo viaje para arribar al hogar. "Una cita" imaginó, él tendría algún tipo de compromiso que alumbraba su rostro cuarentón o cierto motivo de esperanza que los demás dejaron de apreciar a esa hora del día.

Agotada con el cabello revuelto miró por la ventana entreabierta pero el aire caliente la hizo lagrimear. Trató de mantenerse erguida pero su espalda se vencía ante el peso de una recargada cartera y la contractura en los hombros. Recordó la tortícolis del fin de semana cuando de repente el caballero se levantó. Le deseó buena suerte con una sonrisa mientras lo seguía con la mirada cómplice unos instantes hasta que se sentó en lugar desocupado. La piel sudada se fijaba a la vestimenta de algodón rosado.

Imaginando el refresco a beber en casa se distrajo. Hasta se animó a visualizar la playa de un río en las sierras y el agua helada acariciando sus pies.

Levantó la mirada después de un rato y seguía a la mitad de la ciudad, le quedaban quince minutos de viaje más para llegar. Una ducha sería prioridad y ya con las cortinas cerradas y un ventilador apuntándole todo iba a mejorar. 


Bettina Dávalos



Fotografía: Tim Walker

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