Carrera demente



Quien te aprecia no te hará llorar
O al menos evitará eficientemente
Cualquier motivo de dolor.
Puede fallar, lógico
Pero terminarás llorando por otro motivo.
Frustración, decepción o desencanto,
Sufrimiento auto infligido,
Un ideal que se rompe,
Una imagen que se comprueba inexistente.
La mente juega sucio
Y te recuerdas los errores
Poniendo arriba al supuesto vencedor.
Nuestra cabeza nos oprime,
Al punto que el cuerpo recibe instrucciones
De sentir desconectando el sentimiento real,
Cayendo a merced de circunstancias.
La vida no es sólo un momento bueno o malo,
El mal trago baja
Y el éxito es difícil de mantener.
La importancia que tiene un mal
Le roba mucho a lo que tenemos por bien.
La gente que te quiere observa
Seguramente cansada de intentar contigo
O esperando la convoques  para volver a disfrutar.
El valor que tenemos es único
Más hay gente que lo cuestiona
Mientras pasa por tu camino
Sin intención de quedarse en él.
El poder de renunciar no se entrega
Aunque solemos creer que sólo es ajeno.
Hay un tiempo que no manejamos
Y un ritmo que hay que aprender a bailar.
Decir adiós a lo que no alimenta
Y abrazarse a uno con verdadero amor
Quizá nos evite algunas caídas,
Aunque en el tropiezo está la emoción.


Bettina Dávalos

Comentarios

Entradas populares de este blog

Disimuladamente

La historia del Bar

Chica de ciudad