Mar en calma

Ya no entrego el corazón
no puedo.
Enamoradiza criticaban algunos...
ahora todo es yermo.
Los quiero lejos, a ellos.
Detrás de un muro me protejo.
No temo. 
No siento.
No vivo por otros.
Nada espero. 
Me desconecto.
Y en la indiferencia cotidiana, 
sencilla y plana, 
no acontezco.
Bettina Dávalos


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