Distintas acepciones

Yo no nací acá
casi nadie se da cuenta,
mi tonada es rara,
alguna palabra en diminutivo me deschaba.
Mi último amor se fue hace mucho,
me gustaba en verdad porque no era aca
mas si soberbio
y yo no entendía que hacer con él.
Una vez, volvíamos tarde de noche,
fue tan copiosa la tormenta
que mi hermano llamó al ACA
y nos vinieron a socorrer.
Al gordo le gusta escuchar Aca seca,
es el más conectado con las raíces
y por eso trabaja en el campo
como le enseñó el abuelo.
Extraño muchas cosas,
achilata por ejemplo y otras ni aca
pero supongo es normal
ir soltando a medida que el tiempo pasa.
Mis hermanos fueron buenos
sólo que ahora están lejos...
con las mayores iba a la ACA
para poder evangelizar.
Para nada me gustaban las fiestas
llenas hasta el aca de gente
que no podías ni bailar
a pesar de cómodas zapatillas.
Antes era muy generosa
despilfarrando mi tiempo
y en algunos casos mi amor,
dirán que soy aca ahora.
Me cansé de tener
miradas ajenas en la nuca,
me fui a hacer mi vida al aca
y pocos me vienen a visitar.
Estoy a 600 km ahora,
acá nomas para algunos,
en el inframundo para muchos
supongo, porque no los vi nunca más.
Según el contexto las cosas cambian,
sobre todo un par de letras
se llenan de significado
o lo pierden del todo.
Le pongo una sonrisa al oír
tan sólo estas tres
que no solamente hablan de mí
sino de un pueblo tucumano.
Las palabras son letras
sueltas en el aire, en papel o una pantalla,
hasta que le ponemos voz
y sobre todo sentido.


Bettina Dávalos



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