De luz y de sombra

Una nueva mirada, una vieja trampa.
Traen tus manos la energía que faltaba.
Tus palabras derrochan esperanzas
y en este reestreno quedo desorientada.
Figura de santo, ardides de diablo.
He despertado de tu voz de encanto.
Te observo y retrocedo dos pasos,
Noto que poco en el hogar ha variado.
Ahora me buscas, me elevas y me amas...
Encuentras en mí lo que siempre buscabas.
Por ello, nada de ti entiendo, y poco digo.
No soy más que ayer, yo no he cambiado.
No sé como pedir lo que quiero
Ni transmitir lo que en verdad siento.
No sé si salir corriendo a otros brazos
O creer, proyectar y disfrutar esto nuevo.
No sé si puedo, no sé si debo.
Después de todo no sé qué es certero.


Fotografía extraída de: http://500px.com/alexbeadon/favorites

Comentarios

Entradas populares de este blog

Disimuladamente

La historia del Bar

Chica de ciudad